En esta cuestión, el
Partido de Gral. Pueyrredón ocupa un lugar de privilegio ya que este recurso
nunca fue por lo menos a nivel de opinión pública un problema a considerar. El
partido está sobre un sistema de zona saturada (acuífero) de gran proporción, y
si bien en la actualidad no aparece como cuestión crítica el abastecimiento de
agua, el hecho de depender exclusivamente del agua subterránea deja para el
análisis una gran potencialidad de riesgos. Los acuíferos o agua subterránea
son en volumen muy superiores a las aguas de superficie, ya sean ríos o
lagunas, pero es muy sensible a la sobre- explotación y contaminación.
El mecanismo es sencillo.
El agua producto de las lluvias se filtra por la tierra al subsuelo que básicamente se divide en dos: una zona no
saturada que se encuentra entre la superficie y el nivel freático y una zona
saturada que está sobre superficie impermeable donde se acumula el agua y ocupa
todos los poros y grietas.
¿Cuáles son peligros que
enfrentan estos sistemas?, uno sin duda la sobre- explotación que se drene el
agua más rápido que lo que las lluvias lo puedan cargar, otro peligro es la
contaminación producto de perforaciones inadecuadas que permitan el ingreso de
contaminantes al acuífero, elementos tóxicos utilizados en la producción
agrícola que filtran por la tierra junto al agua de lluvia, áreas
impermeabilizadas en la superficie que no permitan la carga del acuífero, esto
en general y en particular el acuífero de Mar del Plata enfrenta la intrusión
marina. Mar del Plata desde el Torreón del Monje al Sur tiene una barrera
natural de rocas entre el agua marina y el agua dulce, pero, del Torreón del
Monje al Norte, la cuenca es abierta al mar, por lo que el agua marina solo es
contenida por la carga de agua dulce del acuífero.
En los años setenta la
cuña de agua salada que ingresaba al subsuelo generó gran preocupación, en los
años ochenta aparecieron los primeros estudios y diagnósticos, en 1984 con la
conformación de la empresa OSSE Sociedad de Estado Municipal, adquiere por
Ordenanzas estatutarias, la responsabilidad de prevenir y controlar, entre
otras cosas, la contaminación de las aguas subterráneas, como así también la
facultad de establecer reglamentaciones de carácter obligatorio inherentes a
los controles mencionados. A partir de esto se tomaron otras medidas, como el
“Comité de Usuarios del Agua Subterránea” que se implementó en 1998 integrado
por Obras Sanitarias Mar del Plata S.E. (2 miembros), Grandes usuarios intensivos vinculados al
riego (1 miembro), Otros grandes
usuarios, tal como industria, comercio y recreación (1 miembro), Universidad
Nacional de Mar del Plata (1 miembro), Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (1 miembro) y Consejo Deliberante (1 miembro). Los gastos de este
comité estuvieron a cargo de OSSE y los objetivos son, propender al
conocimiento del sistema acuífero, a su uso racional y a la protección de la
calidad y cantidad del recurso hídrico subterráneo, pero permite pensar que la
gestión de dicho comité no debe haber sido muy satisfactorio para la actual
gestión, ya que de acuerdo al Manual Plan de Acción Mar del Plata Sostenible se
informa que en el marco del ICES Mar del Plata se realizará un Estudio del Plan
Integral de Gestión de Recursos Hídricos y Estudio de Gestión de la Demanda a
un costo de u$s 150.000.- cuyo financiamiento aún no está determinado. Lo que
queda en claro es la pérdida de continuidad de un proyecto de estudio técnico.
Si bien aún no sabemos
cuál es el límite de quiebre en la capacidad de reponer carga del acuífero, ya
hay una gran cantidad de conocimiento acumulado para saber qué es lo que
debemos y que no debemos hacer. En el sector norte no debemos sacrificar las
zonas permeables que permitan la filtración del agua de lluvia, crear un domo
costero de agua dulce como barrera hidráulica al avance del agua marina, por
ejemplo, conteniendo en su cuenca el agua del Arroyo La Tapera, no cargar la
zona costera con edificios para los cuales se tendrán que invertir mucho
capital para proveerlos de agua, llegar con la red de agua en especial en zonas
carenciadas tanto como para mejorar el nivel de vida como para evitar el poseo
clandestino que pueda terminar contaminando el acuífero, controlar el consumo
que alegremente se divide por cápita a razón de 450 litros diarios, la
erradicación de agrotóxicos que por efecto acumulativo puedan filtrarse al
subsuelo, crear un sistema para el depósito de residuos altamente contaminantes
como desechos industriales, pilas, etc.
En el lejano 1884
Florentino Ameghino definió que el remanente de agua debe ser contenida en las
cuencas naturales, y llegó a esa conclusión sin apoyo financiero del BID. Los
conocimientos acumulados y el sentido común dejan en claro cuáles son las
acciones a seguir y cuáles son las conductas a sostener, por lo que el problema
deja de ser una cuestión de financiamiento y pasa a ser un problema de conducta
política.
Septiembre 2013
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