Nuestra ciudad está atravesando uno de sus momentos más
difíciles. Su circuito comercial está en franco deterioro, producto en parte de
la inflación y la caída del poder adquisitivo, los altos alquileres que no
tienen relación con nuestra economía, los altos costos de tasas, servicios e
impuestos, el alto costo financiero, etc. En un contexto interno grave donde la
principal actividad movilizadora de la economía de nuestra ciudad, que es la
pesca, está parada, siendo el origen del efecto dominó que en forma constante y
con lógica matemática, va volteando economías familiares, comercios, servicios
y desfinanciando al Estado como si fueran fichas ordenadas en línea. El otro
puntal, que es el turismo, si bien hay una innumerable cantidad de medidas para
su mejor promoción y así mejorar los beneficios, está claro que para la
dimensión de nuestra ciudad, es imposible que del turismo vivamos todos los
marplatenses. También se arrastra un déficit energético ya indisimulable, incluso
en una ciudad en claro proceso de recesión. Y un dato de enorme peso, es el
déficit estructural de las finanzas de la Municipalidad y de la Provincia, que
deja al Estado sin capacidad para dar las respuestas a los temas más sencillos
y cotidianos.
Las respuestas a esperar por parte del gobierno municipal
serian que se plantara firmemente ante la Nación y la Provincia y pidiera soluciones para poner
en marcha el Puerto Productivo Multipropósito, repotenciar la Central 9 de
Julio, solicitar la construcción de las líneas de Bahía Blanca y Villa Gesell
que aportarían 632 Kv. Y por su parte, establecer un criterio de administración
austera, afinando los números en función de los intereses de la Municipalidad,
pero muy lejos de lo esperable, el gobierno de Pulti tomó otro camino.
En un contexto de déficit fiscal, economía en recesión y
crisis energética, el intendente Pulti tomó el camino del endeudamiento para
disimular el fracaso de su gestión, fracaso, producto de privilegiar intereses
sectoriales a costa de los intereses de la ciudad.
Luego que el Ejecutivo marplatense trastabillara en varias
iniciativas, tanto en temas de recaudación, seguridad y planeamiento, cuyas
consecuencias todavía no se les ha dado solución, a principios del año 2012 el
Intendente Pulti inscribe a la ciudad en el programa “Iniciativa Ciudades
Emergentes y Sostenibles” (ICES) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
programa de desarrollo ideado y presentado por la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) en el encuentro de Rio ´92 a partir del
documento “Política urbana y Desarrollo Económico” elaborado por el Banco
Mundial en 1991.
En ICES se muestra como un plan integral que solucionaría
todos los problemas de los marplatenses por los próximos cien años, que plantea
algunas cosas muy buenas pero que deja muchas dudas, dudas basadas en lo que no
se dice, en el comportamiento del gobierno municipal y en la experiencia que
tenemos todos los argentinos de los resultados del endeudamiento externo.
Los marplatenses al igual que todos los argentinos sufrimos
una gran presión impositiva, pero en especial Mar del Plata, es realmente cara,
independientemente de los impuestos directos que se aplican desde la Provincia
y la Nación. El costo de servicios municipales nos pone como la ciudad más cara
del país y a pesar de esto, lo recaudado no alcanza ni siquiera para pagar los
sueldos de los empleados municipales, y el endeudamiento viene a cubrir el
déficit de gestión, sumándole a los marplatenses un nuevo esfuerzo que son los
pagos de los servicios de deuda, sin dejar a priori en claro, cual es la
metodología de cobro, ya que no es lo mismo poner sobretasa , que integrar el
cobro de esos créditos en las facturas de servicios esenciales como el agua, el
gas o la luz.
Podría ser razonable el endeudamiento, en pos de obras que
por su carácter estratégico fueran de gran necesidad y no puedan por su costo y
por su dimensión ser afrontados con cobro de tasas, pero la gran mayoría de lo
que se pretende hacer con el plan ICES, tendría que hacerse con el aporte
regular de los contribuyentes, si estos estuvieran bien administrados o como
contribución por mejoras donde se pudiera aplicar y con equipos técnicos
propios, un ejemplo el “Estudio de carriles exclusivos de transporte público y
bicisendas”: el costo de los estudios u$s 150.000.- financiados por el BID.
Otro número interesante son los presupuestos por las obras
de “Cerramiento Ambiental del Antiguo Basural” y “Contenerización Urbana etapa
1”: u$s 12.000.000 y u$s 14.000.000, respectivamente, también financiados por
el BID. En definitiva el monto provisorio, ya que falta presupuestar obras
importantes, del ICES en obras es de u$s 822.871.800 y en estudios u$s
1.964.000, de las cuales muy pocas tienen establecido el origen del
financiamiento, lo que da a entender que todo puede ser un gran relato para
generar sobretasas, cobrarlas en las
facturas de servicios, como el caso de la sobretasa en la factura de OSSE ,con
el coqueto título de “Contribución
Sustentable del Ambiente Natural y Urbano”.
Luego de la ola privatizadora de los ´90 en la región, de
forma si se quiere sigilosa, se siguió profundizando las políticas
neoliberales, pero esta vez a escala municipal con clara complicidad de la
Provincia y la Nación, políticas que privilegiaron sectores económicos
responsables de la crisis en los distritos que hacen ver al endeudamiento como
salida. En lo energético, la Provincia no solo sostuvo la concesión de EDEA a
la multinacional Camuzzi, que no ha hecho las inversiones necesarias, sino que
además pretende apoderarse de la Cooperativa Eléctrica de Balcarce y la
Cooperativa Arbolito de Mar Chiquita, además de contar con la concesión de la
distribución del gas en Mar del Plata, como así también Aguas de Balcarce y
Aguas de Laprida, teniendo en claro que la distribución de electricidad, gas y
agua por sus características técnicas
son monopólicas y que el producto de su recaudación en vez de ser invertida
para el mejoramiento de los servicios, son girados al exterior en forma de
partidas de utilidades, también son herramientas de recaudación que ya cargan
una gran cantidad de impuestos y bien se puede, utilizando el razonamiento que
se aplicó a OSSE con la “Contribución Sustentable del Ambiente Natural y
Urbano”, cobrar en la factura de luz,
gas y agua, los servicios de deuda con el BID.
Otro aspecto es la privatización del cobro de tasas en mora
y de propaganda e inspección de antenas en Gral. Pueyrredón, que ha fracasado
de acuerdo a lo que se ve en las finanzas municipales, al igual que en Mar
Chiquita, que también tiene privatizado el cobro de tasas por propaganda e
inspección de antenas, empresa muy relacionada con las que recolectan la basura en Gral. Pueyrredón,
cuyas comunas celebraron acuerdo para enviar la tonelada diaria de residuos a
la planta de reciclado y predio de disposición final de Mar del Plata,
sumándose a las 6 a 8 toneladas diarias que produce nuestra ciudad.
El ICES, plantea por lo menos en los libros, una
redistribución espacial en las ciudades que tiene que ver con dejar de
construir en las zonas saturadas de edificación por los problemas que crea en
tránsito e infraestructuras en servicios. Mar del Plata construye muy cerca de
la costa y la gran demanda sobre las napas de agua provocarán en el mediano
plazo una falta de presión en las mismas que permitirá el ingreso del agua de
mar y la salinización de las napas, a pesar de esto el gobierno de Pulti sigue
con ordenanzas de excepción permitiendo la construcción de edificios en la
costa, pero esto los inspectores del BID no lo ven, y para dar
“sustentabilidad” a estos negocios Mar del Plata acuerda hacer 70 pozos de agua
en el acuífero de Mar Chiquita.
Otro aspecto del ICES Mar del Plata, es el nuevo esquema de
transporte, habla de carriles exclusivos pero no habla del sistema de trasbordo
(como en Curitiba), tal como lo plantea el programa de la CEPAL implementado
por el BID a través de ICES, y mucho menos habla de cómo se manejarán las
concesiones de líneas ni su control o como solucionar el tema de recarga de
tarjetas, por otra parte, salvo la jerarquización de la vía Fermín Errea, no se
observa nada que sea novedoso.
Un plan urbanístico, es un proyecto completo, que va más
allá de planificar un trazado, es ver un conjunto de elementos donde uno de sus
pilares es la economía que le va a dar sustentabilidad a una ciudad, y si bien
el ICES plantea un sistema ferro-portuario y accesos directos, el tema de la
actividad pesquera, nuestra principal actividad económica, es un tema que no
está planteado, lo cual quiere decir mucho.
Sería un error separar al gobierno Municipal con el
Provincial y Nacional, mas allá de sus contradicciones los une, no solamente el
mismo proyecto electoral, también los une su visión de mezclar los negocios con
la función pública, como así también sería un error ignorar la relación de los
organismos de crédito internacional con las Multinacionales que siempre se
llevan la parte del león, de los planes que implementan estos organismos.
Julio de 2013
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