domingo, 22 de junio de 2014

Mar del Plata hacia su propia deuda externa III (Residuos)

En un tema como el de los residuos, que es una  problemática común de todas las ciudades, no se puede aplicar en todos los casos soluciones estandarizadas
, si bien el problema a simple vista no permitiría dar muchas vueltas, existen muchos ejemplos, gran parte de ellos muy exitosos sobre el particular.
El éxito de una gestión de gobierno y en especial en ciudades  latinoamericanas que por lo común cuentan con poco presupuesto y una multiplicidad de problemas a resolver, es con la imaginación con la que se promueven medidas de bajo costo económico que signifiquen la resolución de la mayor cantidad de problemas posibles. Dentro de esta concepción y en el marco de los análisis de los artículos anteriores, analizaremos en principio cuantos problemas podríamos resolver con los residuos. Para ello tenemos que tener en claro cuáles son problemas a resolver, tomar algunos ejemplos, comparar este análisis con lo planteado en el ICES “Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles”  de Mar del Plata y una conclusión final.
En 1978  se decide terminar con la incineración de residuos en municipios de la provincia de Buenos Aires, salvo en los casos de residuos patogénicos, desde allí la ciudad comenzó a transitar un camino complejo de intereses cruzados, poco planificados, camino donde la Municipalidad concesionó la recolección de residuos sin que esto significara un  beneficio para las cuentas públicas y mucho menos solucionar el tema.
Al unísono con las nuevas tendencias ambientalistas, se produce un proceso de modificación del modelo económico en el cual gran parte de la población queda fuera de la sociedad y consecuentemente de su economía. Completemos el concepto, luego del modelo de importación de bienes de los años 20 y 30, en los ´40, etapa posterior a la recesión mundial, aparece la “modernización” con su modelo de sustitución de las importaciones y si bien en esta etapa se observa un gran crecimiento de la naciones, en contrapartida se produce un gran crecimiento en la población urbana producto básicamente de la migraciones campo-ciudad en búsqueda de mejoras laborales. En esta etapa conocida como “modernización”, sus ideólogos sostenían el efecto del “chorreo”, es decir que la acumulación de riquezas iba a generar tales excesos que estos terminarían desparramándose a toda la sociedad e incluso a los sectores más pobres. Muy lejos de esto, ni la “modernización” ni tampoco los mecanismos del mercado evitaron el crecimiento de la pobreza.
A mediados de los ´70 se produce una nueva crisis o recesión mundial derivada especialmente del  aumento sustancial del costo del petróleo y una crisis financiera por la superabundancia de depósitos (petrodólares), que deriva en la eliminación de barreras comerciales para favorecer el libre mercado, una reducción en la demanda de productos primarios y consecuente caída del precio de commodityes, profundizando el desempleo, las brechas sociales y alejando al Estado como corrector de los efectos no resueltos por el mercado durante la “modernización” . En esta etapa se establece el modelo de “ajuste estructural”, modelo que deja literalmente fuera de la sociedad a gran parte de la población.
Haciendo un cuadro de situación, saltaría a simple vista que gran parte de la población vive en la precariedad. Situación laboral estable, servicios sociales, vivienda, previsión social, etc, cada día parecen ser un lujo para los menos y el estar afuera de todas estas condiciones parece ser lo común y habitual.
Es por eso que cada acción debe apuntar no solo a la solución puntual, sino que además tiene que utilizarse  el recurso para solucionar la mayor cantidad de problemas posibles con el objetivo de aprovechar al máximo cualquier esfuerzo para mejorar las condiciones sociales. En este sentido vamos a tomar  uno de los ejemplos exitosos, como el de Curitiba, el programa “Lixo que nao é lixo” = basura que no es basura. En 1987 tuvo gran adhesión en la población, la cual tomó a cargo la separación en origen de los desechos reciclables de los biodegradables. Dicho programa comenzó en las escuelas, donde los docentes les pedían a los alumnos las pilas usadas, tubos de dentífricos vacíos, etc, para cambiarlos por figuritas. Rápidamente la idea se desarrolló y ganó dimensión. La población de Curitiba recicla 150 toneladas diarias de basura, de donde se recupera cartón y papel equivalente  a la producción de 1.200 árboles por día.
Por otra parte, de la clasificación de los residuos participan las asociaciones de recuperación de adicciones, la producción es vendida a la industria y el 80% de lo recaudado es destinado a la ayuda social.
A diferencia de las ciudades europeas, las sudamericanas cuentan con niveles de pobreza muy elevados, sus ejemplos no son practicables en estas latitudes, incluso en la misma Curitiba los asentamientos precarios (chabolas) representan una gran parte de la población, sin embargo estos asentamientos cuentan con agua corriente y electricidad y con el programa “Cambio Verde” los residentes de estos asentamientos reciben productos alimenticios, vales para autobuses o artículos escolares a cambio de bolsas llenas de basura clasificada. También lo que nosotros conocemos como cartoneros fueron organizados y retirada la tracción a sangre. Como se ve el esfuerzo no solo trata la cuestión de la basura, también se trata de integrar a la población como sustitución a los sistemas mecanizados. De esta manera Curitiba se ahorra millones de dólares, para gastar en otras cosas y se convirtió a sectores desocupados en productivos y asalariados, donde todos colaboran y todos ganan.
Otro tema preocupante es la energía, durante finales del siglo XIX y siglo XX vivimos la fiesta del combustible fósil, pero la fiesta está llegando a su fin y no existe ni en laboratorio, nada que reemplace el combustible fósil, no por lo menos para sostener nuestro actual estilo de vida. Pero sin entrar al tema energético, del cual nos ocuparemos en otro capítulo, la basura puede dar algún aporte, tal es el caso del segundo ejemplo, como la planta de biogás de la ciudad de Olavarría y el departamento de Maldonado.
El desarrollo del biogás si bien es incipiente, se ha extendido en todo el mundo, pero al igual que el ejemplo anterior, buscamos los éxitos en realidades semejantes a las nuestras. El principio consiste en el aprovechamiento del gas metano, producto de la fermentación de los desechos orgánicos, con la ausencia de oxígeno y  la descomposición de los desechos, empiezan a actuar las bacterias que producen gas metano, a este proceso se lo denomina “biodigestión”.
En el 2002 la Municipalidad de Olavarría le solicitó a la  Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) estudios sobre posibilidades para la administración de los desechos urbanos. Entre las propuestas se destacó el aprovechamiento del gas metano por la “biodigestión” de los desechos orgánicos, y fue así que en el 2006 se instala la primera planta de biogás, la cual se desarrollará en diferentes etapas, en principio en la quema del gas metano reduciendo así los gases de efecto invernadero y la próxima etapa es utilizar su producción de  282 metros cúbicos de biogás por hora, para abastecer un horno pirolítico para la cremación de los desechos patógenos.
Pero estos no son los únicos beneficios, Olavarría con esta medida se convirtió en el primer municipio en cumplir con los procedimientos del protocolo de Kioto y eso le permitió ingresar al mercado de bonos de carbono (bonos verdes) de las Naciones Unidas, cuyos fondos ingresan directamente a la Municipalidad. Parte de estos fondos fueron invertidos en la localidad de Espigas donde se instaló una red de agua potable y un calentador solar que da servicios a escuelas y unidades sanitarias de la zona. Cabe destacar que la planta de biogás se realizó con tecnología, técnicos y mano de obra local.
En la utilización del biogás también se destaca  el departamento de Maldonado (Uruguay), la planta de biogás abastece a un generador de electricidad cuya capacidad de generación es de 1 MW, que suministra energía eléctrica a 700 viviendas.
Por su parte, la Municipalidad de Gral. Pueyrredón en su publicación “Plan de acción Mar del Plata sostenible”, no es muy generosa a la hora de describir que es lo que se quiere hacer con los desechos urbanos, lo único definido son los costos presupuestados por “Cerramiento Ambiental del Antiguo Basural que dejó de utilizarse el 14/05/13”: u$s 12.000.000 y “Contenerización Urbana Etapa I” a un costo de u$s 14.000.000; ambos proyectos financiados por el BID. Otro hecho a destacar es que en la política de financiamiento, además del endeudamiento, surge también la sobretasa, tal es el caso de la sobretasa “Contribución Sustentable del Ambiente Natural y Urbano” que se aplica en las facturas de OSSE para el mantenimiento de la planta de reciclado.
Muy lejos de los ejemplos descriptos, en el caso de Curitiba que ve en los desechos una oportunidad de hacer partícipe a su comunidad para ahorrar, reciclar y generar fuentes de trabajo y programas de asistencia social  o como el caso de Olavarría y Maldonado  que aprovechan los residuos para generar energía y por otra parte calificar para acceder a los “bonos verdes” que no son créditos, son subsidios internacionales que capitalizan los mismos municipios para destinar a la obra pública, encontrando verdaderas alternativas de financiamiento al recurrente aumento de tasas o endeudamiento que propone el ICES Mar del Plata.
Otro capítulo es la concesión del servicio de recolección de residuos actual, tanto el servicio público como el privado se han convertido en un holding de empresas que a pesar de tener diferentes razones sociales, están fuertemente relacionadas entre sí a escala interjurisdiccional que bien puede explicar el convenio entre el Partido de Mar Chiquita y Gral. Pueyrredón para el traslado de desechos de Mar Chiquita al predio de disposición final de Mar del Plata, en un cruce de intereses que evidentemente están muy lejos de las soluciones ambientales, generación de empleo y energía.
septiembre, 2013

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